Francisco Ortega Alba escribe con una voz directa, irónica, que baraja mitos, filósofos, conceptos científicos, observaciones precisas del natural, reflexiones lúcidas o desencantadas, puntiagudas y rítmicas.
Fabulas e historias de estrategas presenta pequeños cuadros en los que el autor se apropia de la metáfora del juego de ajedrez y por medio del lenguaje crea un universo poético en el que explora la relación del individuo frente a la vida en una suerte de partida en la que se indaga el vínculo con la materia, el sueño, el plano metafísico y la resolución del vacío.
Muchas veces nos pasamos una vida entera buscando al amor de nuestras vidas, aquel que nos haga sentir libres y con el que tan solo mirarlo nos sintamos en casa.
La mano que escribe retoma su antiguo oficio con pequeños recortes de fantasía y realidad que confluyen en bellas postales que no tienen más que tiempo que perder.
Veo llegar a la poeta joven, con el presente de sus años y con el mar que es de ayer y mañana, que se hace, se deshace y vuelve a hacerse en cada ola de poesía.